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viernes, 27 de enero de 2012

Café para dos.


Por aquel entonces frecuentábamos los garitos y veíamos correr el tiempo desde las escaleras de la catedral. Medíamos constantemente nuestras fuerzas y pocas veces nuestras palabras. Eternamente jóvenes. Como si no existiese nadie más.


Lau_arasdesuelo


4 comentarios:

  1. No todos los momentos son efímeros, por suerte :) Por cierto, me encanta tu blog!

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  2. Es lo que tiene que existan momentos mágicos, intensos y llenos de fuerza. Que son irretenibles.

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