Quedamos para una de nuestras meriendas a las siete en el Blanik y me dijiste aquello que llevaba oyendo de tu boca casi desde que tengo uso de razón: Pararse. Pararse de vez en cuando y respirar. Que por mucho que cueste creerlo la cabeza y el ánimo no van siempre al compás de tus piernas. Alejarse. Tomar distancia de las cosas que quieres y aprender a mirarlas desde otra perspectiva. Cinco pasos y medio, pero nunca menos. ¿Recuerdas? Y ya sabes, terminantemente prohibido mirar atrás.
Lau_arasdesuelo