Te lo dije hace tiempo, aunque nunca me creíste. Llega un momento en el que todo aquello que parecía ir tan rápido se detiene. Por fin parece que das tu brazo a torcer y admites con tu cara de viernes por la tarde que una vez más tenía razón. Siempre lo mismo. Las cosas en la vida tienen su momento, y tus mil calendarios intentando organizar noches, mañanas, e incluso meses parecen haberse perdido en uno de tus infinitos post-its de color verde.
¿Te invito a un café? Tú eliges el bar.
Lau-arasdesuelo